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Ataques

Hackers patrocinados por Estados utilizan servicios cloud comerciales para evadir la detección

Introducción

La sofisticación de los actores de amenazas patrocinados por Estados ha experimentado una notable evolución en los últimos años. Una de las tácticas más destacadas observadas recientemente es el uso de servicios comerciales en la nube para las comunicaciones de comando y control (C2), una estrategia que dificulta enormemente la labor de detección y respuesta por parte de los equipos de ciberseguridad. Este artículo analiza en profundidad cómo estos grupos aprovechan infraestructuras cloud legítimas para encubrir sus actividades maliciosas, los riesgos asociados y las mejores prácticas para mitigar estas amenazas.

Contexto del Incidente o Vulnerabilidad

Durante los últimos meses, varios informes de empresas líderes en inteligencia de amenazas han alertado sobre campañas de ciberespionaje ejecutadas por grupos vinculados a gobiernos (APT), en las que se emplean servicios cloud comerciales como parte fundamental de su infraestructura de ataque. Plataformas ampliamente utilizadas en entornos corporativos —como Microsoft Azure, Google Cloud Platform (GCP), Amazon Web Services (AWS) o servicios de almacenamiento como Dropbox, OneDrive y Google Drive— están siendo instrumentalizadas para alojar payloads, exfiltrar datos y mantener canales de comunicación cifrados con sistemas comprometidos.

Este enfoque les permite camuflarse en el flujo de tráfico legítimo y superar la mayoría de los controles de seguridad perimetral, dado que muchas organizaciones permiten el tráfico hacia estos servicios para el funcionamiento diario de su negocio.

Detalles Técnicos

Varios informes técnicos han identificado campañas que explotan vulnerabilidades recientes (CVE-2023-23397 en Microsoft Outlook, CVE-2023-34362 en MOVEit Transfer, entre otras) para obtener acceso inicial a sistemas corporativos. Tras la intrusión, los atacantes desplegan malware personalizado o frameworks como Cobalt Strike, Metasploit o Sliver, configurando sus módulos de C2 para comunicarse a través de recursos cloud.

La técnica más frecuente consiste en la utilización de servicios de almacenamiento cloud como puntos de encuentro para comandos y resultados: el malware consulta periódicamente un archivo alojado en OneDrive o Dropbox, donde los operadores depositan instrucciones cifradas. De igual forma, los datos exfiltrados se suben a cuentas cloud controladas por los atacantes, evitando conexiones directas con dominios maliciosos que podrían ser fácilmente bloqueados.

Desde el punto de vista del framework MITRE ATT&CK, estas tácticas se corresponden principalmente con los TTPs T1071.001 (Application Layer Protocol: Web Protocols), T1567.002 (Exfiltration Over Web Service: Exfiltration to Cloud Storage) y T1102 (Web Service). Los Indicadores de Compromiso (IoC) habituales incluyen conexiones frecuentes a cuentas cloud recientemente creadas, flujos de datos inusuales en horarios atípicos y uso de recursos legítimos para la descarga de payloads.

Impacto y Riesgos

El impacto de esta técnica es doble. Por un lado, incrementa la persistencia y el sigilo de los atacantes, ya que el tráfico generado pasa desapercibido entre las operaciones normales del negocio. Según datos de Mandiant y CrowdStrike, se estima que más del 60% de las intrusiones APT detectadas en 2023 emplearon algún tipo de servicio cloud comercial para C2 o exfiltración.

Por otro lado, la utilización de infraestructura legítima dificulta la atribución y ralentiza la respuesta, ya que el bloqueo indiscriminado de estos servicios puede afectar seriamente la operativa empresarial. Los riesgos incluyen el robo de propiedad intelectual, filtración de datos personales sujetos al GDPR y la posibilidad de movimientos laterales que desemboquen en ransomware o sabotaje.

Medidas de Mitigación y Recomendaciones

La mitigación de estas amenazas requiere un enfoque multifacético. Es fundamental implementar una monitorización avanzada del tráfico cloud, empleando herramientas de CASB (Cloud Access Security Broker) y soluciones EDR/XDR con capacidad de detección basada en comportamiento.

Se recomienda:

– Auditar y limitar el uso de servicios cloud solo a aplicaciones y cuentas empresariales autorizadas.
– Aplicar segmentación de red y restricciones en firewalls para minimizar el acceso innecesario a servicios cloud públicos.
– Monitorizar patrones de acceso y transferencias de datos a cuentas cloud no corporativas, y establecer alertas ante comportamientos anómalos.
– Actualizar y parchear con celeridad las vulnerabilidades conocidas (especialmente CVEs explotadas para acceso inicial).
– Emplear Zero Trust y MFA para todos los accesos a recursos cloud.

Opinión de Expertos

Expertos consultados, como Javier Domínguez, CISO de una multinacional del sector financiero, destacan: “El uso de servicios cloud para C2 es uno de los mayores retos actuales: los controles tradicionales ya no son suficientes y la visibilidad sobre el tráfico cifrado es esencial. Debemos invertir en capacidades de análisis contextual y threat hunting dentro de la nube”.

Desde el CERT de España, se advierte además que “la colaboración con los proveedores cloud y la compartición de inteligencia de amenazas son claves para identificar y bloquear el uso fraudulento de estos servicios”.

Implicaciones para Empresas y Usuarios

El abuso de servicios cloud comerciales por parte de APTs obliga a las empresas a replantear su estrategia de seguridad. No basta con confiar en listas blancas o controles perimetrales; es imprescindible contar con políticas de acceso granular, visibilidad avanzada y formación continua para los equipos de SOC y respuesta a incidentes.

Para los usuarios, la concienciación sobre los riesgos del uso personal de servicios cloud en entornos corporativos es fundamental, así como la adopción de buenas prácticas en la gestión de credenciales y dispositivos.

Conclusiones

El empleo de servicios cloud legítimos para actividades de comando y control representa una tendencia al alza en el panorama de amenazas avanzado. Las organizaciones deben adoptar un enfoque proactivo basado en monitorización, segmentación y respuesta inteligente, alineándose con marcos regulatorios como el GDPR o la directiva NIS2 para reducir los riesgos y mejorar su resiliencia frente a adversarios cada vez más sofisticados.

(Fuente: www.darkreading.com)