Extensión de Chrome con más de 100.000 descargas secuestra sesiones y redirige a webs maliciosas
Introducción
La reciente detección de una extensión maliciosa para Google Chrome, que había superado las 100.000 instalaciones, pone de relieve una vez más la amenaza persistente del software comprometido en los repositorios oficiales de extensiones. Este caso, que afecta a un popular selector de color (“color picker”), expone a profesionales y empresas a secuestro de sesiones, robo de datos y redirección a sitios web fraudulentos. Desgranamos el incidente con un enfoque técnico y en profundidad, orientado a responsables de seguridad, analistas y administradores de sistemas.
Contexto del Incidente
El incidente se centra en una extensión para Chrome, presentada como una herramienta inofensiva de selección de color, utilizada frecuentemente por desarrolladores web y diseñadores. La extensión logró más de 100.000 descargas a través de la Chrome Web Store, lo que evidencia la dificultad de los mecanismos automatizados de Google para detectar código malicioso, especialmente en aplicaciones que simulan aportar funcionalidades legítimas.
Investigadores de seguridad detectaron comportamientos anómalos: cada vez que el usuario navegaba a una nueva página, la extensión interceptaba la sesión, accedía a cookies y tokens de autenticación y, en muchos casos, redirigía la navegación a dominios controlados por atacantes. El vector de ataque utilizado permitía exponer credenciales y datos personales, así como ejecutar campañas de phishing avanzado y distribución de malware.
Detalles Técnicos
Las primeras investigaciones han vinculado el comportamiento de la extensión con tácticas y técnicas del marco MITRE ATT&CK, especialmente en las categorías TA0005 (Defense Evasion), TA0002 (Execution) y TA0006 (Credential Access). Los métodos empleados incluyen:
– Secuestro de sesión (T1539 – Steal Web Session Cookie): La extensión accedía a las cookies de sesión activas y las transmitía a servidores remotos.
– Redirección automática (T1189 – Drive-by Compromise): Mediante la inyección de scripts, el usuario era redirigido a sitios de phishing, landing pages de malware o páginas de anuncios fraudulentos.
– Persistencia (T1176 – Browser Extensions): La extensión se autoactualizaba para evadir mecanismos de detección y permitía la descarga dinámica de payloads adicionales.
No se ha publicado aún un CVE específico para este caso, aunque la comunidad de seguridad está presionando para su asignación. En cuanto a los Indicadores de Compromiso (IoC), analistas han identificado varios dominios de C2 (Command and Control) y hashes de scripts maliciosos. El exploit se aprovecha de los permisos excesivos solicitados durante la instalación, como acceso total a las pestañas (“tabs”) y a la manipulación del tráfico HTTP/HTTPS.
Impacto y Riesgos
El impacto potencial de este incidente es considerable. Más de 100.000 usuarios, muchos de ellos profesionales del desarrollo web, han estado expuestos a la exfiltración de credenciales, secuestro de cuentas y riesgo de infección secundaria por malware. El uso de la extensión en entornos empresariales eleva el riesgo, ya que las sesiones de servicios críticos (correo corporativo, herramientas de gestión, plataformas cloud) pueden verse comprometidas.
Según estimaciones de firmas de ciberseguridad, hasta un 15% de los usuarios afectados han experimentado redirecciones activas a sitios de phishing. Empresas con políticas laxas de control de extensiones están especialmente expuestas a ataques laterales y movimientos internos, con posibles implicaciones de fuga de datos bajo el marco legal del GDPR y posibles sanciones administrativas.
Medidas de Mitigación y Recomendaciones
– Desinstalación inmediata de la extensión afectada y revisión de otras extensiones instaladas.
– Auditoría forense de endpoints para detectar actividad anómala, con especial foco en accesos no autorizados y cambios recientes en sesiones activas.
– Rotación de credenciales y tokens de acceso en servicios críticos.
– Restricción y control de las extensiones permitidas mediante políticas de grupo (GPO) y listas blancas.
– Implementación de herramientas EDR capaces de monitorizar y bloquear actividades relacionadas con el acceso a cookies y manipulación de tráfico web.
– Formación y sensibilización continua para usuarios sobre los riesgos de instalar extensiones de fuentes no verificadas.
Opinión de Expertos
Expertos en ciberseguridad como Jake Williams (SANS Institute) destacan que “el ecosistema de extensiones de navegador sigue siendo un talón de Aquiles en la seguridad empresarial; el control centralizado y la monitorización activa son imprescindibles”. Desde el CERT español, se subraya la importancia de revisar periódicamente las políticas de extensiones y aplicar el principio de mínimo privilegio para reducir la superficie de ataque.
Implicaciones para Empresas y Usuarios
Este incidente refuerza la necesidad de tratar los navegadores como endpoints críticos en la estrategia de ciberseguridad. Las empresas deben revisar sus políticas de uso de extensiones y reforzar los controles de acceso y monitorización. La potencial exposición de datos personales y credenciales afecta directamente a la conformidad con normativas como GDPR y, en el ámbito europeo, la inminente NIS2 impone requisitos adicionales de seguridad y notificación de incidentes.
Conclusiones
La brecha provocada por esta extensión maliciosa de Chrome es un recordatorio contundente de los riesgos asociados a la confianza en repositorios oficiales y la falta de control sobre el software instalado en los navegadores corporativos. Para mitigar este tipo de amenazas, es imprescindible combinar medidas técnicas, formación y políticas de seguridad robustas. La vigilancia proactiva y la respuesta rápida ante nuevos IoC serán claves para proteger tanto a usuarios individuales como a organizaciones frente a futuras campañas similares.
(Fuente: www.darkreading.com)
