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Amenazas

Las ciberamenazas cuestan 300.000 millones a las grandes economías europeas, según Howden

Introducción

El panorama de la ciberseguridad europea se enfrenta a un nuevo reto de magnitud significativa: las mayores economías del continente han perdido cerca de 300.000 millones de euros a consecuencia de ciberataques en el último año, según el reciente informe de ciberriesgos presentado por Howden. Este bróker de seguros, uno de los más relevantes del sector en España, ha publicado un análisis exhaustivo que combina datos reales de empresas de Francia, Alemania, Italia y España, aportando una perspectiva precisa y actualizada sobre el impacto económico y operativo de las amenazas cibernéticas en la región.

Contexto del Incidente o Vulnerabilidad

El informe de Howden se enmarca en un contexto caracterizado por una escalada en la sofisticación y frecuencia de los ciberataques dirigidos a empresas de todos los sectores. El ransomware, el phishing avanzado y las amenazas persistentes avanzadas (APT) han evolucionado tanto en complejidad como en capacidad de evasión de las defensas tradicionales. La digitalización acelerada tras la pandemia de COVID-19 ha expuesto a muchas organizaciones a superficies de ataque ampliadas y, como resultado, ha incrementado la exposición al riesgo, tanto en términos técnicos como económicos.

Según los datos recabados por Howden, el 40% de las empresas medianas y grandes de los cuatro países analizados sufrió al menos un incidente relevante durante los últimos 12 meses. Destaca el incremento de ataques dirigidos a la cadena de suministro y a infraestructuras críticas, en línea con las tendencias observadas por ENISA y Europol.

Detalles Técnicos

El informe identifica vectores de ataque predominantes como el spear phishing, la explotación de vulnerabilidades conocidas (CVE-2023-34362, CVE-2023-40044, entre otras), y la utilización de herramientas automatizadas como Cobalt Strike para el movimiento lateral una vez dentro de la red. Se reporta, asimismo, un uso creciente de exploits para vulnerabilidades de día cero en aplicaciones empresariales y dispositivos de red.

En el marco MITRE ATT&CK, las TTP más frecuentes incluyen la obtención de credenciales (T1003), el acceso mediante puertas traseras (T1059) y la exfiltración de datos a través de canales cifrados (T1041). Los Indicadores de Compromiso (IoC) más comunes observados en los incidentes analizados incluyen direcciones IP asociadas a grupos de ransomware como LockBit y BlackCat, así como hashes de archivos maliciosos distribuidos en campañas de phishing orientadas a sectores financiero e industrial.

En cuanto a frameworks de explotación, Metasploit sigue siendo la herramienta preferida para pruebas de penetración y campañas de explotación automatizada, mientras que los atacantes más avanzados integran módulos personalizados en Cobalt Strike para evadir soluciones EDR tradicionales.

Impacto y Riesgos

El impacto económico directo, estimado en 300.000 millones de euros para Francia, Alemania, Italia y España, incluye costes asociados a rescates pagados, interrupciones de negocio, pérdida de datos sensibles y sanciones regulatorias por incumplimiento de normativas como GDPR. El informe destaca que el coste medio de un incidente grave supera ya los 4 millones de euros, con sectores como manufactura, energía y servicios financieros entre los más afectados.

Además del impacto económico, el informe subraya riesgos reputacionales y operativos, especialmente en empresas cotizadas y organizaciones proveedoras de servicios críticos. El 27% de las compañías afectadas reportaron pérdida de clientes o contratos tras incidentes de seguridad graves.

Medidas de Mitigación y Recomendaciones

Howden recomienda una aproximación integral a la gestión de ciberriesgos, combinando la adopción de soluciones avanzadas de detección y respuesta (XDR, EDR) con políticas de seguridad centradas en el usuario y la formación continua en concienciación. La segmentación de red, la aplicación rigurosa de parches y actualizaciones (con especial atención a CVEs recientes), y la simulación de ataques (red teaming) son medidas clave sugeridas.

Adicionalmente, se destaca la importancia de revisar y actualizar los planes de respuesta ante incidentes, así como la contratación de pólizas ciberespecíficas que cubran tanto daños directos como responsabilidades legales y costes de recuperación.

Opinión de Expertos

Expertos en ciberseguridad consultados por Howden y otras fuentes del sector coinciden en señalar que la madurez de las defensas cibernéticas en Europa es desigual. “Las empresas que invierten en visibilidad, automatización y formación reducen significativamente el tiempo de detección y contención”, apunta un CISO de una multinacional alemana. Sin embargo, la fragmentación legislativa y la falta de recursos cualificados siguen siendo desafíos importantes, especialmente para el mid-market.

Implicaciones para Empresas y Usuarios

La entrada en vigor de la Directiva NIS2 y la estricta aplicación del RGPD suponen un aumento de la presión regulatoria sobre las organizaciones, obligando a elevar los estándares de ciberprotección y a reportar incidentes en plazos reducidos. Para los usuarios, el aumento de brechas de datos implica mayores riesgos de fraude, robo de identidad y afectación a la privacidad.

Desde la perspectiva empresarial, el informe de Howden subraya la necesidad de incluir la ciberseguridad como elemento estratégico en el gobierno corporativo y la gestión integral de riesgos, alineando el apetito de riesgo con las capacidades tecnológicas y los planes de continuidad de negocio.

Conclusiones

El informe de Howden evidencia que la cibercriminalidad representa una de las amenazas más críticas para la economía europea, con un impacto económico y reputacional sin precedentes. La combinación de sofisticación técnica de los ataques, costes crecientes y presión regulatoria obliga a las organizaciones a evolucionar desde una postura reactiva hacia una gestión proactiva y resiliente del ciberriesgo. La cooperación entre sectores, la inversión sostenida en capacidades técnicas y el alineamiento con las mejores prácticas internacionales serán clave para mitigar las pérdidas y proteger tanto a empresas como a ciudadanos.

(Fuente: www.cybersecuritynews.es)