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Amenazas

Alianza estratégica entre DragonForce, LockBit y Qilin redefine el panorama del ransomware

Introducción

El cibercrimen organizado continúa evolucionando a través de colaboraciones cada vez más sofisticadas entre grupos de ransomware. En un giro inédito, tres de las bandas más activas y peligrosas del ecosistema —DragonForce, LockBit y Qilin— han anunciado la formación de una alianza estratégica para coordinar sus campañas de ransomware. Este movimiento, reportado por la firma de ciberinteligencia ReliaQuest, representa una escalada significativa en la amenaza que estos actores suponen para organizaciones de todo el mundo y pone de manifiesto la creciente profesionalización y consolidación del cibercrimen como industria.

Contexto del Incidente o Vulnerabilidad

La cooperación entre grupos de ransomware no es una novedad absoluta, pero la alianza DragonForce-LockBit-Qilin marca un punto de inflexión por la envergadura y el perfil de los actores implicados. LockBit, conocido por su modelo RaaS (Ransomware-as-a-Service), ha encabezado los rankings de ataques en 2023 y 2024, responsable de más del 20% de las infecciones reportadas globalmente según datos de Coveware. Qilin y DragonForce, aunque con menor volumen, han demostrado una capacidad técnica notable y una agresividad creciente, destacando por ataques dirigidos a infraestructuras críticas y grandes corporaciones. La alianza busca maximizar el impacto operativo y financiero de sus campañas a través de la compartición de inteligencia, recursos técnicos y posibles listas de víctimas.

Detalles Técnicos

Estas organizaciones se apoyan en vectores de ataque clásicos y avanzados, incluyendo el uso de exploits para vulnerabilidades conocidas (con especial incidencia en CVE-2023-34362, CVE-2024-21410 y CVE-2023-0669), spear phishing, movimientos laterales mediante herramientas legítimas (Living-off-the-Land) y la explotación de servicios expuestos como RDP y VPN sin parchear. El framework MITRE ATT&CK identifica técnicas como T1566 (Phishing), T1071 (Application Layer Protocol) y T1486 (Data Encrypted for Impact) como recurrentes en sus campañas.

El intercambio de recursos entre los grupos también abarca el uso de toolkits como Cobalt Strike para post-explotación, Metasploit para escalada de privilegios y la integración de dropper personalizados para evadir EDRs y antivirus. Se ha observado la utilización de IoC (Indicators of Compromise) compartidos, dominios de mando y control rotativos, y binarios ofuscados que dificultan la atribución y la respuesta temprana por parte de equipos SOC.

Impacto y Riesgos

La consolidación de estas bandas eleva el potencial disruptivo de sus operaciones. LockBit, por sí solo, ha extorsionado más de 120 millones de dólares en los últimos dos años. Con la alianza, se espera un incremento tanto en el volumen como en la sofisticación de los ataques, lo que podría traducirse en incidentes de doble y triple extorsión, robo y filtración de datos, y afectación directa a servicios esenciales. Sectores como sanidad, manufactura y administración pública figuran entre los más expuestos, pero la amenaza es transversal a cualquier organización con una postura de ciberseguridad deficiente.

Medidas de Mitigación y Recomendaciones

La defensa ante estas amenazas requiere un enfoque multicapa:

– Actualización y parcheo inmediato de vulnerabilidades críticas, especialmente aquellas explotadas activamente (consultar CVE y boletines de seguridad recientes).
– Implementación de autenticación multifactor (MFA) en todos los accesos privilegiados y servicios expuestos.
– Monitorización continua de logs y detección de anomalías mediante SIEM y soluciones EDR/XDR.
– Segmentación de red y políticas de mínimo privilegio para limitar el movimiento lateral.
– Copias de seguridad offline y tests regulares de restauración.
– Formación continuada en concienciación de phishing para los empleados.
– Revisión y actualización de los planes de respuesta ante incidentes, incluyendo la gestión de comunicaciones y la coordinación con autoridades (AEPD, INCIBE, CCN-CERT).

Opinión de Expertos

Expertos en ciberseguridad como Brett Callow (Emsisoft) y Fabian Wosar advierten que la colaboración entre grupos multiplica exponencialmente la capacidad de ataque, al permitir una mayor especialización y eficiencia operativa. “Estamos ante la industrialización del cibercrimen, donde los grupos actúan como empresas con departamentos de I+D, atención al cliente y estrategias de marketing criminal”, apunta Callow. Desde ReliaQuest se enfatiza la importancia de la inteligencia de amenazas y la colaboración internacional para anticipar los TTP de estas alianzas.

Implicaciones para Empresas y Usuarios

La alianza DragonForce-LockBit-Qilin puede desencadenar una oleada de ataques coordinados que pongan a prueba la resiliencia de sistemas críticos. Las empresas españolas, en cumplimiento del GDPR y bajo el paraguas de la inminente directiva NIS2, deben reforzar sus capacidades de prevención, detección y respuesta. El riesgo de sanciones regulatorias y daño reputacional se incrementa ante la posibilidad de fugas masivas de datos y paralización operativa. Para los usuarios, la concienciación y la vigilancia ante correos y enlaces sospechosos sigue siendo esencial.

Conclusiones

La unión de tres de los grupos de ransomware más activos refuerza la tendencia hacia la cooperación criminal a gran escala y anticipa una intensificación de la amenaza en los próximos meses. Las organizaciones deben revisar urgentemente sus estrategias de ciberseguridad, invertir en tecnologías avanzadas de defensa y apostar por la colaboración sectorial para minimizar el impacto de posibles ataques. La agilidad en la respuesta y la adaptación constante serán claves en un escenario donde el cibercrimen actúa cada vez más como una industria globalizada y eficiente.

(Fuente: feeds.feedburner.com)