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El auge de la “deuda de identidad”: BeyondTrust alerta sobre nuevas brechas por gestión deficiente de accesos

Introducción

El panorama de la ciberseguridad afronta una transformación profunda en la gestión de identidades y accesos. Las predicciones anuales de BeyondTrust señalan un cambio de paradigma: el próximo gran incidente no estará motivado por credenciales robadas a través de phishing, sino por una acumulación silenciosa de “deuda de identidad”. Este concepto engloba cuentas y privilegios no gestionados, identidades obsoletas o huérfanas, y el crecimiento descontrolado de permisos en sistemas críticos. La advertencia es clara: los mecanismos defensivos tradicionales están quedando obsoletos frente a la sofisticación y persistencia de los nuevos vectores de ataque.

Contexto del Incidente o Vulnerabilidad

En la actualidad, muchas organizaciones acumulan lo que se denomina “deuda de identidad”: usuarios, cuentas de servicio, accesos privilegiados y permisos redundantes que persisten tras cambios de personal, migraciones tecnológicas o fusiones y adquisiciones. Ejemplos habituales son identidades fantasma provenientes de brechas pasadas (como las asociadas a incidentes de 2015 que aún residen en los sistemas de gestión de identidades y accesos —IAM—) o el llamado “privilege sprawl”, fenómeno por el cual el número de cuentas y roles con permisos elevados crece sin control.

La aceleración de la transformación digital, el uso de servicios en la nube y la integración de aplicaciones SaaS han multiplicado el número de identidades a gestionar. El resultado es una superficie de ataque cada vez mayor, donde la visibilidad y el control se ven comprometidos. Según datos de BeyondTrust, más del 60% de las brechas recientes han estado vinculadas a la explotación de credenciales y privilegios innecesarios, no revocados o insuficientemente monitorizados.

Detalles Técnicos

Las amenazas emergentes explotan tanto vulnerabilidades técnicas como debilidades en los procesos de gobernanza de identidades. Entre los CVE más relevantes en este ámbito destacan CVE-2022-26923 (escalada de privilegios en Active Directory), CVE-2023-23397 (abuso de Exchange para eludir autenticación) y CVE-2024-20674 (técnicas de relay de autenticación). Los atacantes, empleando frameworks como Cobalt Strike, Metasploit y BloodHound, mapean y abusan de relaciones de confianza y privilegios excesivos para moverse lateralmente a través de la red.

Los TTPs (Tactics, Techniques and Procedures) alineados con el framework MITRE ATT&CK incluyen la técnica TA0006 (Credential Access) y TA0008 (Lateral Movement), aprovechando mecanismos como Pass-the-Hash, Kerberoasting y abuso de cuentas de servicio. Los indicadores de compromiso (IoC) van desde conexiones inusuales a directorios LDAP, uso atípico de cuentas de servicio, hasta la presencia de scripts automatizados para recolección de tickets Kerberos.

Impacto y Riesgos

El riesgo principal reside en la persistencia de accesos no autorizados y el incremento del tiempo de permanencia del atacante en la red (“dwell time”). Un informe reciente de Ponemon Institute sitúa el coste medio de una brecha asociada a privilegios mal gestionados en 4,45 millones de dólares, con un tiempo medio de detección superior a los 200 días. Además, la exposición a sanciones regulatorias (GDPR, NIS2) es significativa: la falta de control sobre las identidades puede derivar en multas de hasta el 4% de la facturación anual global.

Sectores críticos —banca, sanidad, industria y administraciones públicas— son especialmente vulnerables por la complejidad de sus infraestructuras y la multiplicidad de sistemas legados y en la nube operando simultáneamente.

Medidas de Mitigación y Recomendaciones

BeyondTrust y otros analistas recomiendan una aproximación Zero Trust, combinada con revisiones periódicas de permisos y cuentas activas. Entre las mejores prácticas destacan:

– Implementación de políticas de mínimo privilegio (PoLP).
– Auditorías regulares de identidades y accesos, con desprovisionamiento automático de cuentas inactivas.
– Monitorización continua de actividades sospechosas mediante herramientas SIEM y UEBA.
– Uso de soluciones PAM (Privileged Access Management) para controlar y registrar el uso de cuentas privilegiadas.
– Revisión de contratos con proveedores SaaS para asegurar la correcta gestión del ciclo de vida de las identidades.
– Simulación de ataques internos mediante frameworks como MITRE ATT&CK para detectar y corregir rutas de escalada de privilegios.

Opinión de Expertos

Rik Ferguson, vicepresidente de seguridad de Forescout, destaca: “La deuda de identidad es la nueva frontera del riesgo empresarial. Los atacantes ya no buscan explotar una sola contraseña, sino cadenas enteras de confianza mal gestionada.” Por su parte, Jane Frankland, consultora independiente, añade: “Las empresas deben invertir en visibilidad y automatización. No se trata solo de tecnología, sino de disciplina operativa y gobernanza de identidades.”

Implicaciones para Empresas y Usuarios

Para las organizaciones, la gestión proactiva de la identidad es ahora un imperativo estratégico. Los equipos de seguridad deben colaborar estrechamente con RRHH y sistemas para mantener el control sobre altas, bajas y cambios de permisos. Los usuarios, por su parte, deben estar concienciados sobre la importancia de no reutilizar credenciales y reportar accesos innecesarios o sospechosos.

En un mercado donde las amenazas evolucionan más rápido que los controles tradicionales, la adaptación continua es esencial para proteger los activos críticos y cumplir con la legislación vigente.

Conclusiones

2024 marcará un punto de inflexión en la gestión de riesgos asociados a la identidad digital. La “deuda de identidad” representa un desafío multifacético, que exige un enfoque integral basado en la reducción de la superficie de ataque, la automatización y la vigilancia constante. Ignorar esta tendencia supone abrir la puerta a brechas silenciosas pero devastadoras, con impactos económicos, reputacionales y regulatorios de largo alcance.

(Fuente: feeds.feedburner.com)