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Amenazas

Hezi Rash: El Grupo Hacktivista Kurdo que Intensifica Ataques DDoS a Nivel Global

Introducción

En los últimos meses, la actividad hacktivista ha experimentado un notable repunte en el panorama internacional, con la aparición de nuevos actores motivados por causas ideológicas y geopolíticas. Entre estos destaca Hezi Rash, un grupo de ciberamenazas de nacionalismo kurdo, identificado y monitorizado recientemente por Check Point® Software Technologies Ltd. Este colectivo, fundado en 2023, ha mostrado una rápida escalada en tanto en la frecuencia como en la complejidad de sus ataques, destacando especialmente por una campaña de denegación de servicio distribuido (DDoS) que afecta a entidades públicas y privadas a nivel global. A continuación, se analizan las particularidades técnicas y operativas de Hezi Rash, sus tácticas, técnicas y procedimientos (TTP), así como las implicaciones para los equipos de ciberseguridad.

Contexto del Incidente o Vulnerabilidad

Hezi Rash surge en un contexto de conflictividad política en Oriente Medio, donde el nacionalismo kurdo ha cobrado fuerza tanto en el terreno físico como en el digital. El grupo se autodefine como hacktivista, es decir, motivado por una ideología política más que por el beneficio económico. Desde su fundación en 2023, se ha centrado principalmente en ataques DDoS, aunque se observa un progresivo incremento en la sofisticación de sus operaciones, lo que podría indicar una evolución hacia técnicas más avanzadas de intrusión y sabotaje.

Las primeras acciones atribuidas a Hezi Rash consistieron en ataques DDoS dirigidos contra instituciones gubernamentales y empresas en Turquía, Irán y Siria, países con una destacada presencia de población kurda y habituales tensiones políticas. Sin embargo, en los últimos meses, el grupo ha expandido su radio de acción a objetivos internacionales, incluyendo infraestructuras críticas y entidades financieras de Europa Occidental.

Detalles Técnicos

Hezi Rash utiliza principalmente ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) para paralizar los servicios de sus objetivos. Los vectores de ataque más empleados incluyen inundaciones de paquetes UDP y SYN, así como ataques HTTP Flood, aprovechando redes botnet reclutadas mediante la explotación de dispositivos IoT vulnerables. Existen evidencias de que el grupo utiliza herramientas de código abierto personalizadas, tales como versiones modificadas de LOIC, HOIC y scripts Python automatizados.

Aunque actualmente no existe un CVE específico vinculado directamente a los ataques de Hezi Rash, sí se han identificado vectores que explotan configuraciones incorrectas en balanceadores de carga, firewalls y servicios web expuestos. Según el marco MITRE ATT&CK, las TTP observadas se alinean con las técnicas T1499 (Endpoint Denial of Service), T1046 (Network Service Scanning) y T1583.005 (Botnet). Los principales indicadores de compromiso (IoC) incluyen picos de tráfico anómalos, conexiones de origen geográficamente disperso y patrones de paquetes típicos de ataques volumétricos.

El grupo también ha empezado a experimentar con técnicas de ataque mixto, combinando DDoS con campañas de desinformación y defacement de páginas web. Se han detectado intentos de aprovechar vulnerabilidades conocidas como CVE-2021-26855 (ProxyLogon) para obtener persistencia en servidores Exchange, aunque no se han confirmado intrusiones exitosas.

Impacto y Riesgos

El impacto de los ataques de Hezi Rash es significativo, especialmente en términos de indisponibilidad de servicios críticos. Las campañas DDoS han provocado caídas temporales de portales gubernamentales y plataformas financieras, con pérdidas económicas estimadas en torno a los 2-3 millones de euros para las organizaciones afectadas, según datos de Check Point y otras consultoras de ciberseguridad.

Más preocupante es la tendencia hacia la profesionalización del grupo. La adopción de técnicas más sofisticadas y la colaboración con otros colectivos hacktivistas incrementan el riesgo de filtraciones de datos, sabotaje de infraestructuras críticas y afectación a la cadena de suministro digital.

Medidas de Mitigación y Recomendaciones

Para mitigar el riesgo de ataques de Hezi Rash y otros grupos similares, se recomienda:

– Implementar soluciones avanzadas de protección DDoS a nivel perimetral y en la nube.
– Monitorizar en tiempo real el tráfico de red para detectar patrones anómalos y picos sospechosos.
– Actualizar y parchear dispositivos IoT y sistemas expuestos a Internet, evitando configuraciones por defecto.
– Segmentar la red y reforzar políticas de firewall para bloquear tráfico no autorizado.
– Preparar planes de contingencia y ejercicios de respuesta ante incidentes, conforme a las directrices de la NIS2.
– Colaborar con CERT/CSIRT nacionales y compartir indicadores de compromiso.

Opinión de Expertos

Expertos de Check Point y otros organismos internacionales coinciden en que la aparición de grupos como Hezi Rash marca una nueva fase en el hacktivismo: “No son solo activistas con conocimientos básicos, sino colectivos capaces de desplegar ataques a gran escala y de adaptarse rápidamente a las defensas”, apunta Daniel Brecht, analista SOC sénior. Además, se advierte sobre el riesgo de que estos grupos utilicen exploits más sofisticados o integren frameworks como Metasploit o Cobalt Strike para avanzar hacia ataques más complejos.

Implicaciones para Empresas y Usuarios

Las empresas deben asumir que el riesgo de ser objetivo de ataques DDoS motivados ideológicamente es real y creciente. En el contexto de la directiva NIS2 y el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), la indisponibilidad de servicios y la posible exposición de datos personales pueden acarrear importantes sanciones regulatorias y daños reputacionales. Los usuarios, por su parte, pueden verse afectados por la interrupción de servicios esenciales y el incremento de campañas de desinformación asociadas.

Conclusiones

Hezi Rash representa una amenaza emergente que combina motivaciones políticas con una capacidad técnica en rápida evolución. Los equipos de ciberseguridad deben estar atentos a los nuevos TTP del grupo, reforzar sus defensas contra DDoS y prepararse para escenarios de ataque cada vez más complejos. La cooperación internacional y el intercambio proactivo de inteligencia serán clave para contener la expansión de esta y otras amenazas hacktivistas en el futuro inmediato.

(Fuente: www.cybersecuritynews.es)