AlertaCiberNews

Noticias de ciber seguridad

AlertaCiberNews

Noticias de ciber seguridad

Amenazas

CISOs bajo presión: Crece la preocupación por su exposición legal y el riesgo de ataques dirigidos

Introducción

En los últimos años, el papel del Chief Information Security Officer (CISO) ha evolucionado significativamente, pasando de ser un mero responsable técnico a convertirse en una figura estratégica con implicaciones legales, regulatorias y reputacionales para las organizaciones. Aunque la polémica generada por recientes procesos judiciales contra CISOs ha disminuido en intensidad mediática, la comunidad profesional sigue mostrando una creciente inquietud ante la falta de protecciones legales claras y el potencial incremento en los ataques dirigidos por parte de cibercriminales, quienes ven en estos perfiles un objetivo de alto valor por su acceso privilegiado a la información crítica de las empresas.

Contexto del Incidente o Vulnerabilidad

El debate sobre la responsabilidad legal de los CISOs cobró especial relevancia tras casos públicos como el procesamiento del ex-CISO de Uber en 2022, por supuesta ocultación de una brecha de datos. A raíz de estos incidentes, la percepción del rol del CISO ha cambiado sustancialmente, no solo en grandes corporaciones estadounidenses, sino también en el ámbito europeo, donde la entrada en vigor de normativas como la GDPR y la inminente NIS2 refuerzan la exigencia de diligencia en la gestión de incidentes de seguridad.

Sin embargo, la atención mediática sobre estos casos no ha supuesto una mayor protección jurídica para estos profesionales. Al contrario, diversos informes de consultoras como Gartner y Forrester reflejan que el 68% de los CISOs encuestados temen posibles consecuencias legales personales ante una brecha, y un 54% considera que la definición de sus responsabilidades sigue siendo ambigua.

Detalles Técnicos

Desde el punto de vista técnico, la posición de un CISO implica el acceso a sistemas críticos, credenciales privilegiadas y conocimiento detallado de la infraestructura de seguridad de la organización. Esto convierte al CISO y a otros roles similares (por ejemplo, directores de seguridad TI o responsables de cumplimiento) en objetivos atractivos para campañas de spear-phishing, ingeniería social avanzada (BEC, vishing), explotación de vulnerabilidades en dispositivos personales y TTPs identificadas en el framework MITRE ATT&CK, como TA0001 (Initial Access) y TA0006 (Credential Access).

Investigaciones recientes han identificado campañas de ataque específicas contra directivos de seguridad, utilizando herramientas como Cobalt Strike y Metasploit para realizar movimientos laterales una vez comprometido el endpoint del CISO. También se han observado técnicas de recolección de información en fuentes abiertas (OSINT) para personalizar los vectores de ataque y aumentar las probabilidades de éxito. Los Indicadores de Compromiso (IoC) más habituales incluyen accesos no autorizados a cuentas corporativas, incremento inusual de privilegios y exfiltración de documentación sensible.

Impacto y Riesgos

La exposición del CISO a la doble amenaza —legal y técnica— conlleva riesgos significativos. Desde el punto de vista organizativo, la desprotección legal puede motivar la fuga de talento, dificultar la contratación de nuevos CISOs y aumentar la rotación en puestos clave. Según datos de (ISC)², el 32% de los profesionales de ciberseguridad de alto nivel consideran abandonar el sector por miedo a consecuencias legales personales.

En el plano técnico, el compromiso del endpoint o de las credenciales del CISO puede facilitar el acceso a datos confidenciales, la manipulación de sistemas de monitorización y la evasión de controles de seguridad, con potenciales pérdidas económicas y sanciones regulatorias. Según un informe de IBM, el coste medio de una brecha de datos en Europa alcanza los 2,7 millones de euros, cifra que puede aumentar sustancialmente si la brecha implica negligencia o mala praxis por parte de la dirección.

Medidas de Mitigación y Recomendaciones

Para mitigar estos riesgos, los expertos recomiendan implementar políticas claras de segregación de funciones, acceso privilegiado y doble factor de autenticación para todos los directivos de seguridad. Es crucial el despliegue de soluciones de EDR avanzadas, la monitorización proactiva de actividad anómala y la realización de ejercicios periódicos de simulación de ataques (red teaming) focalizados en directivos.

Desde el punto de vista legal, es recomendable que las empresas revisen la cobertura de responsabilidad civil y criminal para los CISOs, incluyendo la contratación de seguros específicos (D&O y Cyber Liability Insurance). Asimismo, se aconseja la actualización de los contratos de trabajo y políticas internas para delimitar claramente las responsabilidades y el proceso de notificación de incidentes conforme a la GDPR y la inminente NIS2.

Opinión de Expertos

Diversos expertos en ciberseguridad y derecho tecnológico, como el abogado especializado Pablo Fernández Burgueño, subrayan la importancia de dotar a los CISOs de un marco legal robusto: “La figura del CISO debe estar protegida por políticas claras y un respaldo jurídico que permita actuar con diligencia sin temor a represalias personales injustificadas”.

Por su parte, profesionales como Marta Beltrán, coordinadora del Máster en Ciberseguridad de la URJC, recalcan la necesidad de mejorar la formación en gestión de riesgos legales y regulatorios: “Un CISO no solo debe estar al día en amenazas técnicas, sino también en las implicaciones legales de sus decisiones”.

Implicaciones para Empresas y Usuarios

La falta de protección adecuada para los CISOs puede derivar en una menor eficacia de los programas de ciberseguridad, menor transparencia ante incidentes y una cultura de seguridad reactiva y defensiva. Para los usuarios, esto se traduce en un mayor riesgo de brechas no notificadas y una posible pérdida de confianza en la gestión de sus datos personales.

Conclusiones

Aunque ha disminuido la presión mediática sobre los procesos judiciales contra CISOs, la preocupación por la falta de protecciones legales y el aumento de ataques dirigidos a estos profesionales sigue creciendo. Para garantizar la resiliencia de las organizaciones, es fundamental abordar tanto los desafíos técnicos como las lagunas legales que afectan a los responsables de seguridad, fomentando una cultura de protección integral y responsabilidad compartida.

(Fuente: www.darkreading.com)