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Amenazas

El robo de credenciales desplaza a las vulnerabilidades zero-day como principal vector de ataque

Introducción

El panorama de ciberamenazas ha experimentado un cambio radical en los últimos años: los atacantes ya no dependen exclusivamente de vulnerabilidades zero-day para comprometer infraestructuras empresariales. El acceso mediante credenciales robadas se ha consolidado como uno de los vectores de ataque más efectivos y frecuentes, facilitando intrusiones a gran escala sin necesidad de técnicas sofisticadas. Esta tendencia plantea un nuevo paradigma para los profesionales de la ciberseguridad, que deben adaptar sus estrategias de defensa frente a amenazas que explotan debilidades humanas y prácticas de gestión de identidades deficientes.

Contexto del Incidente o Vulnerabilidad

La explotación de credenciales robadas se ha convertido en la táctica predilecta de grupos APT, cibercriminales y actores de ransomware. Según el informe DBIR 2023 de Verizon, aproximadamente el 49% de las brechas de seguridad implican el uso de credenciales robadas o comprometidas. Este cambio responde a la mayor dificultad de explotar vulnerabilidades día cero (zero-day), que requieren inversión en tiempo y recursos, frente a la facilidad de obtención de credenciales a través de phishing, infostealers, ataques de fuerza bruta o compra en mercados clandestinos.

Los vectores de ataque más habituales incluyen campañas de phishing dirigidas (spear phishing), infecciones por malware especializado en robo de información (como RedLine Stealer, Raccoon Stealer o Vidar), y ataques de credential stuffing utilizando bases de datos filtradas en incidentes previos. A ello se suma la tendencia de los atacantes a explotar la falta de autenticación multifactor (MFA) y la reutilización de contraseñas en diferentes servicios.

Detalles Técnicos

Las técnicas y tácticas asociadas a la explotación de credenciales robadas están ampliamente documentadas en el framework MITRE ATT&CK (técnica T1078: Valid Accounts). Los atacantes emplean herramientas automatizadas y frameworks como Metasploit, Cobalt Strike o Mimikatz para validar y escalar privilegios tras un acceso inicial.

– Vectores de ataque: spear phishing, malware infostealer, ataques de fuerza bruta, credential stuffing, pass-the-hash, spray de contraseñas.
– Indicadores de compromiso (IoC): accesos anómalos desde ubicaciones geográficas inusuales, incremento de autenticaciones fallidas, cambios no autorizados en sistemas de autenticación, tokens o cookies de sesión robados.
– Versiones afectadas: aunque el riesgo es transversal, sistemas sin MFA, con políticas de contraseña débiles o expuestos a Internet (RDP, VPN, OWA) son especialmente vulnerables. Plataformas como Microsoft 365, Active Directory y entornos cloud (AWS, Azure) figuran entre los objetivos preferentes.
– Casos recientes: campañas de ransomware como BlackCat/ALPHV y ataques BEC (Business Email Compromise) han explotado credenciales robadas en más del 60% de los incidentes registrados en 2023.

Impacto y Riesgos

El uso de credenciales legítimas facilita eludir soluciones tradicionales de seguridad perimetral, dificultando la detección y respuesta temprana. Las consecuencias van desde el robo de información confidencial y sabotaje hasta la interrupción de operaciones críticas mediante ransomware. Según IBM Cost of a Data Breach Report 2023, el coste medio de una brecha originada por credenciales comprometidas supera los 4,5 millones de dólares.

Adicionalmente, la explotación de credenciales puede desencadenar sanciones regulatorias conforme a la GDPR o la inminente NIS2, dado que la negligencia en la protección de datos personales y sistemas críticos constituye un incumplimiento grave de las obligaciones legales.

Medidas de Mitigación y Recomendaciones

La defensa efectiva frente al uso de credenciales robadas exige un enfoque multicapa:

– Implementar autenticación multifactor (MFA) robusta, preferiblemente basada en FIDO2 o tokens hardware, para todas las cuentas privilegiadas y de acceso remoto.
– Revisar y endurecer las políticas de gestión de contraseñas: longitud mínima, complejidad, caducidad y prohibición de reutilización.
– Monitorizar en tiempo real los accesos y eventos sospechosos, utilizando SIEMs y soluciones UEBA (User and Entity Behavior Analytics).
– Desplegar controles de acceso adaptativo y segmentación de red para limitar el movimiento lateral.
– Realizar campañas periódicas de concienciación y simulación de phishing para empleados.
– Auditar y revocar cuentas inactivas o con permisos excesivos.
– Mantenerse actualizado sobre filtraciones de credenciales y verificar la exposición de cuentas corporativas en bases de datos públicas (Have I Been Pwned, etc.).

Opinión de Expertos

Darren Siegel, analista de Specops Software, destaca: “El acceso mediante credenciales robadas es un vector que elude muchas defensas tradicionales. La adopción de MFA y la vigilancia en la higiene de contraseñas son imprescindibles, pero también lo es la formación continua del personal y la capacidad de respuesta rápida ante incidentes.”

Por su parte, analistas de SOC y responsables de respuesta a incidentes coinciden en la necesidad de combinar herramientas automatizadas de detección con análisis forenses detallados para identificar accesos anómalos y contener posibles movimientos laterales antes de que escalen a una brecha mayor.

Implicaciones para Empresas y Usuarios

Para las empresas, la gestión de identidades y accesos (IAM) se consolida como uno de los pilares fundamentales de la ciberseguridad. La falta de controles adecuados puede poner en riesgo la continuidad de negocio, la reputación y la conformidad legal. Los usuarios, a su vez, deben ser conscientes de la importancia de no reutilizar contraseñas y reportar cualquier actividad sospechosa.

La tendencia a la digitalización y el trabajo remoto amplifican la superficie de ataque, exigiendo a los CISOs y equipos de seguridad una revisión constante de la exposición y la resiliencia de sus sistemas frente a ataques basados en credenciales.

Conclusiones

La sofisticación de los cibercriminales reside hoy en la simplicidad: logran acceso con credenciales legítimas, saltándose muchas de las barreras tradicionales. Adoptar una estrategia Zero Trust, reforzar políticas de autenticación y concienciar al personal son medidas clave para reducir el riesgo. La anticipación y la vigilancia continua serán determinantes para mitigar el impacto de estos ataques en un contexto regulatorio y de amenazas cada vez más exigente.

(Fuente: www.bleepingcomputer.com)