El grupo responsable de Royal y BlackSuit comprometió a cientos de empresas estadounidenses antes de su caída
Introducción
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) ha revelado que el grupo criminal detrás de los ransomware Royal y BlackSuit logró infiltrarse en cientos de empresas estadounidenses antes de que su infraestructura fuese desmantelada en una operación coordinada el mes pasado. El anuncio, dirigido a la comunidad de ciberseguridad, pone de manifiesto la sofisticación de los actores de amenazas y la necesidad de mantener una postura defensiva proactiva ante campañas dirigidas y persistentes.
Contexto del Incidente
Royal y BlackSuit son dos variantes de ransomware asociadas a un mismo grupo de ciberdelincuentes, conocido por su enfoque en ataques altamente dirigidos contra organizaciones de sectores críticos, como sanidad, manufactura, servicios financieros y administración pública. El DHS, en colaboración con agencias como el FBI y CISA, identificó que, antes de la intervención, los operadores de Royal/BlackSuit habían accedido de manera no autorizada a infraestructuras de red de más de 350 organizaciones en Estados Unidos, exigiendo rescates multimillonarios y, en algunos casos, publicando datos filtrados en la dark web.
Detalles Técnicos
CVE y vectores de ataque
El grupo Royal/BlackSuit aprovechó vulnerabilidades conocidas en software empresarial de uso extendido, como CVE-2023-23397 (vulnerabilidad crítica de Microsoft Outlook), CVE-2023-27350 (PaperCut MF/NG), y CVE-2022-47986 (IBM Aspera Faspex), entre otras. Estos fallos permitieron la ejecución remota de código, escalada de privilegios y movimiento lateral en entornos Windows y Linux.
TTPs y Frameworks
Según el marco MITRE ATT&CK, el grupo desplegó técnicas como phishing con archivos adjuntos maliciosos (T1566.001), abuso de RDP sin MFA (T1076), explotación de vulnerabilidades públicas (T1190), y uso de herramientas legítimas para administración remota (T1219). Además, emplearon frameworks como Cobalt Strike y Sliver para controlar hosts comprometidos, y PowerShell para la ejecución de scripts de reconocimiento y exfiltración de datos.
Indicadores de Compromiso (IoC)
Entre los IoCs identificados destacan hashes de ejecutables de Royal y BlackSuit, direcciones IP empleadas para C2 (Command and Control), y artefactos en los registros de eventos relacionados con la ejecución de binaries cifradores y scripts de exfiltración. Se han detectado también patrones en la nomenclatura de archivos cifrados y notas de rescate, así como dominios de descarga de payloads que ya han sido bloqueados por los principales proveedores de threat intelligence.
Impacto y Riesgos
La campaña de Royal/BlackSuit tuvo un impacto devastador en sectores críticos. Según cifras del DHS, al menos un 40% de las víctimas experimentaron interrupciones operativas superiores a 72 horas, y un 15% reportó pérdidas económicas directas por encima de los 500.000 dólares. Además, la exposición de datos personales y corporativos plantea riesgos de cumplimiento, especialmente bajo normativas como GDPR y NIS2, que exigen notificación de incidentes y pueden conllevar sanciones administrativas.
Medidas de Mitigación y Recomendaciones
El DHS y CISA recomiendan:
– Aplicar inmediatamente parches de seguridad para las CVEs mencionadas y mantener sistemas actualizados.
– Implementar autenticación multifactor (MFA) en todos los accesos remotos y privilegiados.
– Monitorizar logs de eventos en busca de IoCs asociados a Royal/BlackSuit.
– Segmentar redes críticas y limitar privilegios de cuentas de servicio.
– Realizar simulacros de respuesta ante incidentes centrados en ransomware y exfiltración de datos.
– Actualizar y probar copias de seguridad regularmente, asegurando su aislamiento.
Opinión de Expertos
Especialistas en ciberseguridad, como Kevin Beaumont y empresas como Mandiant, coinciden en que la capacidad de Royal/BlackSuit para combinar explotación de vulnerabilidades zero-day con ingeniería social y herramientas legítimas representa un salto cualitativo en la amenaza de ransomware. «La profesionalización de estos grupos y su agilidad para adoptar nuevas técnicas obliga a las empresas a evolucionar su defensa más allá de los controles tradicionales», señala Beaumont.
Implicaciones para Empresas y Usuarios
Para las empresas, este incidente resalta la necesidad de acelerar la adopción de arquitecturas Zero Trust, fortalecer la formación en concienciación de riesgos y revisar las políticas de continuidad de negocio. Los usuarios finales, aunque menos afectados directamente, pueden ver comprometidos sus datos personales y sufrir consecuencias indirectas como la interrupción de servicios esenciales. El cumplimiento normativo (GDPR, NIS2) se ve además tensionado por la rapidez y escala de estos ataques.
Conclusiones
La desarticulación de la infraestructura de Royal/BlackSuit supone un éxito temporal en la lucha contra el ransomware, pero no debe conducir a la complacencia. El modus operandi del grupo y las técnicas empleadas seguirán inspirando a otros actores de amenazas. La ciberresiliencia, la colaboración público-privada y la inversión sostenida en defensa avanzada son claves para anticipar y mitigar el impacto de futuras campañas.
(Fuente: www.bleepingcomputer.com)
