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Microsoft elimina el bloqueo de compatibilidad para Easy Anti-Cheat tras resolver fallos BSOD en Windows 11 2024

Introducción
El despliegue de grandes actualizaciones del sistema operativo Windows suele estar acompañado de desafíos de compatibilidad, especialmente en entornos donde la estabilidad es crítica. Recientemente, Microsoft ha anunciado la retirada de un bloqueo de compatibilidad que afectaba a usuarios de Easy Anti-Cheat, permitiendo así la instalación de la actualización Windows 11 2024 (también conocida como 24H2). Este movimiento llega tras la identificación y resolución de un problema que ocasionaba reinicios inesperados y pantallas azules de la muerte (BSOD), impactando tanto al sector de gaming como a profesionales de IT encargados del mantenimiento de estaciones de trabajo y servidores.

Contexto del Incidente
La función de Easy Anti-Cheat (EAC), ampliamente utilizada en la industria de los videojuegos para prevenir trampas y modificaciones no autorizadas, había presentado incompatibilidades críticas con la actualización Windows 11 2024. A raíz de diversos reportes en foros técnicos y canales oficiales, Microsoft implementó un «compatibility hold» —un mecanismo que bloquea la actualización automática para determinados sistemas— con el objetivo de evitar que los usuarios afectados experimentaran fallos severos del sistema. Este bloqueo suponía que equipos con EAC no podían recibir la última versión de Windows hasta que el conflicto fuera resuelto.

Detalles Técnicos
El problema se manifestó específicamente en sistemas que ejecutaban el servicio Easy Anti-Cheat junto a la nueva versión de Windows 11. Los errores, documentados bajo códigos de detención específicos (STOP codes) asociados a fallos en la gestión de memoria del kernel, desencadenaban BSOD poco después de iniciar videojuegos compatibles con EAC.

No se ha asignado un CVE público específico a este incidente, ya que el fallo se considera un problema de compatibilidad de software más que una vulnerabilidad de seguridad en sí misma. Sin embargo, desde una perspectiva de TTPs (Tactics, Techniques, and Procedures) del marco MITRE ATT&CK, el vector correspondería a “Abuso de software legítimo para interrumpir la disponibilidad del sistema” (T1499: Endpoint Denial of Service).

Los indicadores de compromiso (IoC) identificados incluían:
– Registros de eventos con códigos de error 0x0000007E y 0x0000001E.
– Bloqueos del proceso “EasyAntiCheat.exe” tras la ejecución de juegos.
– Mensajes de error relacionados con fallos en las bibliotecas de integración de EAC con el sistema operativo.

No se han divulgado exploits públicos asociados a este fallo, aunque su impacto sobre la disponibilidad del sistema podría ser explotable indirectamente por actores maliciosos para provocar denegaciones de servicio locales.

Impacto y Riesgos
La afectación inicial de este conflicto fue significativa, con estimaciones de Microsoft y Epic Games situando el alcance en aproximadamente el 15% de los usuarios de títulos protegidos por EAC en entornos Windows 11. Además del impacto directo en la experiencia de usuario, los fallos BSOD pueden generar corrupción de datos y pérdida de sesiones de trabajo críticas, lo que representa un riesgo inaceptable en entornos empresariales y de desarrollo.

Desde el punto de vista de cumplimiento normativo, un incidente que derive en pérdida de datos o indisponibilidad podría tener implicaciones bajo el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y la Directiva NIS2, especialmente si afecta a sistemas de información esenciales o datos personales.

Medidas de Mitigación y Recomendaciones
Tras colaborar estrechamente con Epic Games, desarrollador de EAC, Microsoft ha desplegado un parche correctivo a través de Windows Update (KB5037771 y posteriores). Se recomienda encarecidamente:
– Actualizar a la última versión de Windows 11 y permitir la instalación automática de actualizaciones de seguridad y compatibilidad.
– Verificar manualmente que Easy Anti-Cheat y los títulos asociados estén en su versión más reciente.
– Monitorizar los registros de eventos del sistema en busca de errores recurrentes tras la actualización.
– Implementar controles de endpoints adicionales, como EDR, para detectar comportamientos anómalos asociados a servicios de terceros tras grandes actualizaciones.

Opinión de Expertos
Consultores y analistas de ciberseguridad como Kevin Beaumont han destacado la importancia de los bloqueos de compatibilidad preventivos implementados por Microsoft, señalando que “un fallo de este tipo, aunque no sea una brecha de seguridad directa, puede tener consecuencias graves en la disponibilidad y fiabilidad de los sistemas, especialmente en entornos corporativos donde la continuidad operativa es crítica”.

Implicaciones para Empresas y Usuarios
La resolución de este incidente subraya la necesidad de que los equipos de IT realicen pruebas de compatibilidad exhaustivas antes de desplegar actualizaciones masivas en entornos de producción. El uso extensivo de soluciones antitrampas y otros middleware en entornos no lúdicos (simuladores, formación, etc.) puede incrementar la superficie de riesgo ante actualizaciones del sistema operativo. Además, los administradores deben prestar especial atención a las exclusiones y políticas de actualización para evitar incidentes de disponibilidad.

Conclusiones
La eliminación del bloqueo de compatibilidad por parte de Microsoft refleja una respuesta ágil y coordinada ante un incidente que, aunque no explotable directamente, tenía potencial para causar disrupciones significativas. La experiencia refuerza la importancia de la gestión proactiva de parches, la validación en entornos de prueba y la colaboración entre fabricantes y terceros que desarrollan software crítico para la operación de sistemas Windows.

(Fuente: www.bleepingcomputer.com)