Los atacantes aprovechan funcionalidades nativas de los navegadores para robar credenciales y evadir defensas
Introducción
En el ecosistema actual de ciberseguridad, los navegadores web se han consolidado como uno de los principales vectores de ataque contra empresas y usuarios. Lejos de limitarse a explotar vulnerabilidades de software, los actores maliciosos han sofisticado sus tácticas para abusar de comportamientos legítimos integrados en los navegadores, logrando así sortear mecanismos de defensa tradicionales. Este artículo analiza en profundidad cómo los atacantes emplean estas técnicas para robar credenciales, comprometer extensiones y realizar movimientos laterales en las redes corporativas. Asimismo, se abordan las limitaciones de las soluciones convencionales y las nuevas estrategias de visibilidad y control en la capa del navegador.
Contexto del Incidente o Vulnerabilidad
El uso masivo de navegadores como Google Chrome, Microsoft Edge y Mozilla Firefox en entornos corporativos ha expandido la superficie de ataque. Según datos de StatCounter, más del 65% de los empleados a nivel mundial utiliza Chrome como navegador principal, seguido por Edge (12%) y Firefox (6%). Los atacantes han detectado que los navegadores modernos integran funcionalidades orientadas a mejorar la experiencia del usuario —autocompletado de formularios, almacenamiento de contraseñas, sincronización de sesiones, ejecución de scripts, gestión de extensiones— que pueden ser aprovechadas para actividades maliciosas sin necesidad de explotar vulnerabilidades de día cero.
Los incidentes recientes revelan que los atacantes no solo buscan explotar fallos de seguridad (CVE), sino que abusan de APIs y comportamientos legítimos para robar información de autenticación, instalar extensiones maliciosas o moverse lateralmente dentro de la red corporativa. Este tipo de ataques resulta especialmente difícil de detectar para las herramientas tradicionales de protección endpoint (EPP/EDR) y soluciones perimetrales.
Detalles Técnicos
Las técnicas empleadas por los atacantes se alinean con múltiples tácticas y técnicas del framework MITRE ATT&CK, especialmente en las categorías de Credential Access (T1555 – Credentials from Password Stores), Lateral Movement (T1550 – Use Alternate Authentication Material) y Persistence (T1176 – Browser Extensions).
Entre los vectores de ataque más destacados se encuentran:
– **Robo de credenciales mediante autocompletado**: Los navegadores almacenan credenciales y las insertan automáticamente en formularios. Scripts maliciosos pueden forzar el autocompletado y exfiltrar los datos mediante JavaScript, incluso sin explotar vulnerabilidades (CVE-2018-12360, CVE-2019-13720, entre otros).
– **Abuso de extensiones**: La instalación de extensiones comprometidas o la explotación de APIs expuestas por extensiones legítimas permite a los atacantes capturar sesiones, robar cookies, registrar pulsaciones de teclas (keylogging) y modificar el tráfico web. Se han detectado campañas que distribuyen extensiones maliciosas a través de tiendas oficiales y phishing dirigido.
– **Movimientos laterales**: Una vez comprometido el navegador, los atacantes pueden obtener tokens, cookies de autenticación y otros artefactos (IoC: hashes de extensiones, patrones de tráfico anómalos, dominios de C2) para acceder a servicios internos (VPN, aplicaciones SaaS, intranet) y escalar privilegios, esquivando controles de autenticación multifactor.
– **Herramientas y exploits**: Se han observado kits de explotación y frameworks como Metasploit, Cobalt Strike y Evilginx2 adaptados para este tipo de ataque, facilitando la interceptación de tokens OAuth y la manipulación de sesiones web.
Impacto y Riesgos
El impacto de estos ataques va más allá del simple robo de credenciales. Según estimaciones de IBM X-Force, el 33% de los incidentes de brechas de datos en 2023 tuvieron como origen la explotación de navegadores o sus extensiones. Las consecuencias para las organizaciones incluyen:
– Compromiso de cuentas privilegiadas y movimiento lateral dentro de la red.
– Exposición de datos sensibles sujetos a GDPR, NIS2 y otras regulaciones sectoriales, con potenciales sanciones económicas superiores a los 20 millones de euros o el 4% de la facturación anual.
– Pérdida de confianza de clientes y daño reputacional.
– Exfiltración de información estratégica y propiedad intelectual.
Medidas de Mitigación y Recomendaciones
Las estrategias clásicas de protección —antivirus, firewalls, EDR— resultan insuficientes frente a ataques que aprovechan comportamientos legítimos del navegador. Los expertos recomiendan:
– Deshabilitar el autocompletado de contraseñas y el almacenamiento local de credenciales en navegadores corporativos.
– Auditar y limitar la instalación de extensiones, priorizando listas blancas y monitoreando el comportamiento en tiempo real.
– Implementar soluciones de visibilidad y control a nivel de navegador (browser isolation, browser security platforms) que permitan monitorizar la actividad, bloquear scripts no autorizados y aplicar políticas granulares.
– Concienciar a los empleados sobre el riesgo de instalar extensiones no verificadas y la importancia de actualizar los navegadores y sus componentes.
– Monitorizar indicadores de compromiso asociados a navegadores (IoC): cambios en extensiones, conexiones a dominios sospechosos, patrones inusuales de autenticación.
Opinión de Expertos
Marta Jiménez, analista de amenazas en el CERT de una multinacional española, advierte: “Los navegadores se han convertido en el nuevo sistema operativo del puesto de trabajo. La falta de visibilidad y control sobre lo que ocurre a nivel de navegador es el ‘talón de Aquiles’ de muchas estrategias de ciberseguridad. La tendencia es reforzar las políticas de seguridad justo en esa capa, con soluciones específicas y formación continua”.
Implicaciones para Empresas y Usuarios
La sofisticación de estos ataques obliga a las empresas a replantear su enfoque de protección del puesto de trabajo digital. La adopción de frameworks de Zero Trust, la segmentación de información y la gestión centralizada de extensiones y configuraciones del navegador se vuelven imprescindibles. Para los usuarios finales, la concienciación y la adopción de buenas prácticas constituyen la primera línea de defensa, especialmente ante la proliferación de ataques de ingeniería social dirigidos al navegador.
Conclusiones
El aprovechamiento de comportamientos nativos de los navegadores por parte de los atacantes representa un desafío creciente para los profesionales de la ciberseguridad. La combinación de técnicas de evasión, abuso de extensiones y robo de credenciales obliga a avanzar hacia modelos de visibilidad, control y respuesta específicos en la capa del navegador. Las empresas deben anticiparse y reforzar sus políticas, combinando tecnología y concienciación para evitar que el navegador se convierta en la puerta de entrada a su infraestructura.
(Fuente: www.bleepingcomputer.com)
